Casa con dos patios y medio
Arquitectos
Sol89. María González y Juanjo López de la Cruz
Colaboradores
Elena González y Rosa Gallardo, arquitectas en Sol89; Javier Valenzuela, estudiante de arquitectura; Alejandro Cabanas, estructura; Miguel Sibón, instalaciones
Arquitecto Técnico
Cristóbal Galocha
Promotor
Privado
Constructora
Alejandro Fdez. Carbonero Construcciones SL
Fotografía
Fernando Alda

El patio así es el centro de la casa en todos los sentidos. Es como una estufa que distribuye el calor y el aire. En ella siempre ha de haber un rincón al sol, siempre uno a la sombra. Por sus paredes se ve girar la luz del día y entra la noche con su misterio. El patio es símbolo y recuerdo de ese trocito de paraíso irrenunciable que queda intacto en el alma.
María Zambrano, Aurora.
Las condiciones de partida —una parcela más profunda que ancha con un único frente abierto al viario arbolado de generosas acacias, una casa que no precisa agotar la edificabilidad ni las alturas que la normativa permite y el deseo de diferenciar el espacio de trabajo del hábitat doméstico de sus propietarios—, sugieren entender los ámbitos no construidos como materia de proyecto que configuran una casa expandida y complementaria a la casa interior. Surge así una sucesión de vacíos concatenados en sección capaces de articular los distintos grados de privacidad reclamados, de proveer de espacios de extensión a las estancias interiores y de orientar las habitaciones hacia patios, garantizando la protección contra el ruido de la calle, ventilaciones cruzadas y la iluminación natural que proviene del sur situado en el fondo de la parcela.
Ellos, una pareja con una niña pequeña, requieren de espacios donde trabajar desde casa, sugiriendo estancias prolongadas a lo largo del día, entre la concentración y el descanso, que incitan a pensar en la necesidad de tránsitos de distensión entre ambas actividades. La casa adquiere así una doble lectura, entre lo público y lo privado, que hemos de saber matizar. Un primer ámbito al que se accede desde la vía pública será un lugar de pasos perdidos, en el que ofrecer una entrada paulatina que al culminar en un primer patio a contraluz alcanza una galería longitudinal abierta. Este espacio aún más público que privado, desde el que llegamos a la escalera de un tramo en torno a la que pivota la casa, es un umbral que permitirá el ingreso diferenciado a la vivienda o a los espacios de trabajo demandados, a través de la secuencia calle-zaguán-patio-galería, catálogo de lugares intermedios de la mejor tradición meridional que conforman un paisaje interior.
