Marina y centro de negocios en Busán

Situación Busán, Corea del Sur
Superficie 20.158 m2 m2
Año 2020- En construcción

Arquitectos
Sol89. María González y Juanjo López de la Cruz + Woodrock Architects

Arquitecto coordinador principal en Sol89
Jongjin Lee

Colaboradores
Cristobal Galocha, Elena González, Álvaro Valverde, arquitectos en Sol89; Badalibrero, infografías; Seongujo Research Institute Co. Ltd, estructura; Samwoo M&C Co. Ltd, ing. mecánica; Oficina Técnica Woorim Electric 5F, ing. eléctrica; Compañía Binet Ltd, ing. de telecomunicaciones; Compañía de ingeniería Hyogwang Ltd, ing. civil; Grupo de diseño paisajístico AE, paisajismo

Promotor
Busan Metropolitan City Government

Constructoras
Taemin Co. Ltd., D&C Constructor Co. Ltd. y Seodo General Construction Co.Ltd.

Fotografías
Empresa Constructora

Un edificio como el Marina Business Center (MBC), situado en el Puerto de Busán —el más importante de Corea del Sur, tradicionalmente ligado al comercio con Norteamérica y Japón—, debe responder a dos paisajes: el paisaje de la ciudad, donde el espacio se construye a través de sombras, y el paisaje del mar, el de las mareas, la mirada lejana, las cubiertas y los mástiles, la brisa marina y la luz. El MBC puede entenderse así como un espacio de tránsito entre la tierra y el mar, el lugar donde la ciudad se encuentra con el horizonte.

El plan urbanístico proyectado en esta zona supone la conquista para los ciudadanos de unos terrenos portuarios donde la presencia de maquinaria de gran escala y el tránsito de mercancías predominan en el paisaje. Es necesario por tanto crear en primer lugar un espacio público para la ciudadanía, un lugar acogedor en el que adecuar la gran escala del puerto a la escala de las personas. Para ello, la propuesta para el MBC propone la creación de una calle pública que sale al encuentro de los ciudadanos allá donde finaliza el paseo marítimo. En este punto, el edificio propuesto se parte en dos, dando lugar a un pasaje sinuoso, en sombra y con vegetación, protegido por el edificio, que va ascendiendo hasta culminar en una plaza abierta al mar y a la isla de Yeomgdon. Este pasaje interior dibuja así la línea que une la montaña de Yeongdoncon y la de Huangyeong-San, que emerge a la espalda mirando al horizonte, situándose en la encrucijada entre estas dos montañas y las de Igidae y Eomgwang-San.

La escisión producida por el pasaje de entrada al edificio permite diferenciar los recorridos de acceso en dos cotas diversas: elevado para las usuarios del edificio y a la cota portuaria de los pantalanes para las embarcaciones, evitando así peligrosos cruces de circulaciones entre máquinas y personas. Asimismo, el pasaje intermedio diferencia en planta el programa en sus dos ámbitos naturales demandados: el centro de negocios abierto a los pantalanes, donde se ubican la nave de venta, las oficinas, salas de trabajo y auditorios, y, al otro lado del camino, la nave de reparaciones, orientada hacia el ámbito más industrial y a la que acceden los barcos por la calle posterior auxiliar.

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El edificio propuesto se entiende como una infraestructura capaz de responder constructiva y funcionalmente a las dos escalas dispares que imponen las embarcaciones y las personas. Por ello, el proyecto propuesto funciona como un gran basamento de grandes luces (22 y 27 m) donde ubicar las embarcaciones, resuelto con un entramado de vigas de hormigón armado que constituye un plano rígido solicitado por la luz a salvar más que por la sobrecarga a las que está sometido. Sobre este basamento se desarrollan el resto de los usos que al ser compartimentados pueden resolverse con luces menores, mediante un sistema de pórticos de menor longitud que apoyan sobre el plano rígido de hormigón reticulado que resuelve el espacio de las naves. De este modo, el esquema estructural es el de una gran mesa sobre la que apoyamos habitaciones, bajo la mesa estarían los barcos y sobre ellas las personas. La materialización de este esquema se lleva a cabo con hormigón armado garantizando la versatilidad del espacio interior al trasladar las estructuras más potentes al exterior, respondiendo a tres ritmos: 10 metros para el acceso de las embarcaciones, 5 metros para rigidizar la estructura y 2.5 metros para las divisiones de los usos superiores.

La solución propuesta, en la que el edificio se parte a través del pasaje interior y el ritmo de la estructura principal se retira al perímetro, hace del mismo una gran pérgola que se enverdece a través de las cubiertas ajardinadas y los parterres y que proyecta sombras profundas hacia el interior para mirar hacia el mar protegidos de la luz del sur y de los vientos predominantes sur-norte, a veces excesivos. Al acceder desde el paseo marítimo o desde el mar, el edificio se divisa como un volumen rítmico y horizontal, protegido por sombras profundas, que culmina en el gran mirador situado en la cota más alta abierto al horizonte.

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