Rehabilitación del Pabellón del futuro
Arquitectos
Sol89. María González y Juanjo López de la Cruz
Colaboradores
Rosa Gallardo, arquitecta; Javier Cano y Cristóbal Galocha, estudiantes de arquitectura
Insur JG, instalaciones; Alejandro Cabanas, Estructura; Javier García, Eficiencia energética
Arquitecto técnico
Víctor Baztán
Cliente
Junta de Andalucía. Consejería de Hacienda y Admon. Pública

El Pabellón del Futuro de la Exposición Universal de Sevilla de 1992, proyectado en su día por Martorell, Bohigas y Mackay, es, en síntesis, una gran cubierta de sección curva de 100 metros de largo por 29 metros de ancho, con una planta podio de instalaciones y sin apenas relación con su contexto inmediato. La condición de gran contenedor expositivo dificulta su utilización para cualquier otra función, pero su situación de abandono reclama su reutilización, oportunidad que se pretende aprovechar para albergar en él las múltiples entidades culturales públicas andaluzas dispersas hoy en diversas sedes.
Nuestra propuesta se sitúa en algún lugar entre el proyecto de Sala de conciertos de Mies van der Rohe de 1942 y la instalación Perfect House de Do Ho Suh, de 2015. Ambos proyectos proponen, en esencia, albergar un pequeño programa bajo la protección de un espacio preexistente. En uno, Mies plantea instalar una sala de música en el hangar Glenn L. Martin Aircraft de Albert Kahn en Baltimore, destinado a la construcción de bombarderos durante la II Guerra Mundial; en el otro, Do Ho Suh proyecta una instalación delicada, plena de arquitectura, que transparenta las relaciones domésticas protegida por la construcción de la sala del museo donde se ubica. En ambos, el término instalación es pertinente, la arquitectura se disocia entre la envolvente que delimita el espacio ocupado y la fina epidermis interior que define el espacio habitado producto de la nueva estructura instalada, entre ellas, un tercer espacio: el espacio alrededor, un vacío densificado por el encuentro de las dos arquitecturas, modelado por el haz de la nueva construcción ocupante y el envés de la cáscara rehabitada. En los dos casos, así en el café Samt & Seide que Mies y Lilly Reich llevaran a cabo en 1927, Mies y Do Ho Suh son conscientes de que la función protectora es asumida por una estructura de orden superior, lo que les permite experimentar con nuevas soluciones constructivas, telas, sedas y planos abstractos y desmaterializados, que fundan nuevas relaciones evanescentes entre los espacios.