50º Aniversario ETSAS

Situación Plaza de San Francisco, Sevilla
Superficie 244 m2
Año 2011

Arquitectos
Sol89. María González y Juanjo López de la Cruz

Colaborador
Rodrigo Castro, estudiante de arquitectura

Cliente
Subdirección de Cultura de la ETSAS. Universidad de Sevilla

Constructora
FabLab ETSAS Universidad de Sevilla

Dibujar el mapa de 50 años de la Escuela de Arquitectura es descubrir el retrato de los miles de alumnos, cientos de profesores e infinidad de proyectos que han pasado por ella. La vida de la Escuela es también la de los proyectos e ideas que han surgido de las mesas de los arquitectos que en ella se han formado. La geografía dibujada, construida o conjeturada en este medio siglo de proyectos, surgidos directa o indirectamente de la Escuela, ha repercutido definitivamente en la forma y la vida de la ciudad. El dibujo que podríamos trazar siguiendo la estela de la historia de la Escuela de Arquitectura sería un dibujo enmarañado, deshilachado, lleno de flecos y conexiones que cruzarían Sevilla rayando su plano a través de infinitas relaciones. Quizá el único modo posible de contar esta historia sería intentando delinear esa maraña de datos y fechas, de causas y consecuencias, de ideas y construcciones, una nube donde vislumbrar cuántos alumnos pasaron por la Escuela de Arquitectura, qué libros llegaron a Sevilla a través de ella, cuánta arquitectura se construyó durante esos años, cuántos metros cuadrados han sido ocupados con sus clases, cómo fue creciendo el número de arquitectas, qué ciudades quedaron para siempre unidas a Sevilla a través de los arquitectos que nos visitaron, cómo evolucionó la proporción de arquitectos por habitante, qué debates en torno a la ciudad se suscitaron, cuánto papel y tinta se gastó en ellos, cuántos doctores defendieron sus tesis, cuántas Sevillas imaginadas surgieron en estos años, hasta dónde llegó la influencia de la Escuela en el territorio, cuántos arquitectos no han trabajado de arquitectos…

 

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En este relato de la existencia de la Escuela de Arquitectura no cabrá la metáfora, la acumulación de las reseñas, fechas, cantidades, nombres, señas y signos que conforman el devenir de la Escuela desde que se creó se mostrará con rigor y exactitud, un mapa preciso y a la vez inextricable como aquéllos con los que Ramón y Cajal mostraba la geometría enrevesada del sistema nervioso. Quizás así suceda lo contrario: todas las metáforas serán entonces posibles en las correspondencias que cada observador establezca al relacionar las distintas referencias. Al leer una partitura, un gráfico de signos precisos, la música resuena en nosotros, del mismo modo un plano topográfico lleno de símbolos recrea todo un paisaje o una receta, un listado aséptico de cantidades y proporciones, suscita el recuerdo de un sabor. Proponemos confeccionar el listado de 50 años de Escuela y de su impronta en la ciudad mediante la relación de datos diversos entrelazados que construirán un espacio interpretable, un código que permitirá recrear una historia de la Escuela a través de su lectura cruzada por múltiples variables, un inventario a partir del cual imaginar la Escuela futura y su relación con la ciudad.

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Los datos que configuran este retrato de 50 años de Escuela de arquitectura serán de índole académico y docente (evolución del número de alumnos, y alumnas, duración media de la carrera, nota media por año, alumnos que estudian postgrado…), investigador (número de libros, adquisiciones, libros más leídos por año, número de tesis por año, número de publicaciones por área de conocimiento y año…), sobre la relación de la profesión y la sociedad (arquitectos egresados/por ciudadano, arquitectos de la escuela de Sevilla por colegios, número de egresados por número de proyectos visados al año…) y relacionados con la propia arquitectura y la cultura (arquitecturas ejemplares, ideas y obras, proyectadas durante esos años por arquitectos de la ETSAS, arquitecturas ejemplares en el mundo en esos años, países, autores y corrientes influyentes….). Todos ellos, emanados de las investigaciones provenientes de la secretaría de la propia Escuela, la Biblioteca, el Colegio de Arquitectos o la fundación Fidas, configurarán la expresión material y formal de la propia la exposición, esto es, no existirá diferenciación entre continente y contenido, sino que éste último formaliza el primero. La exposición tendrá una doble lectura a través de dos ejes, abscisas y ordenadas, que corresponderán a los 50 años y a los datos investigados, componiendo una gráfica espacial que podrá ser recorrida en ambos sentidos. Una serie de pórticos que corresponderán a cada una de las familias de los datos investigados, quedarán deformados por la fluctuación de éstos a lo largo de los 50 años. Todos ellos, dispuestos en paralelo, conformarán un espacio urbano parcialmente cubierto, cuyo reconocimiento en distintas direcciones permitirá una lectura cronológica del devenir de la Escuela, por familias de datos, o simplemente supondrá una pequeña turbulencia en el devenir ciudadano por el centro de la ciudad provocado por los 50 años de Escuela de Arquitectura.

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