Escuela de hostelería en un matadero
Arquitectos
Sol89. María González y Juanjo López de la Cruz
Colaboradores
George Smudge, estudiante de arquitectura; Insur JG, instalaciones; Alejandro Cabanas, estructura
Arquitecto Técnico
Jerónimo Arrebola
Promotor
Fundación XXI
Constructora
Novoaridian y Rhodas SL
Fotografía
Fernando Alda

Medina Sidonia cuenta con un relieve particular que permite la constante contemplación de sus tejados. Las fachadas encaladas de sus edificios culminan con tejados cerámicos que, vistos desde el prominente perfil de la ciudad, parecen una única obra de arcilla adaptada a la topografía. Históricamente, su diseño urbano ha alternado espacios llenos y vacíos, adornando los tejados con patios, corrales y pasajes que daban amplitud a su diseño. Intervenir en estos espacios vacíos es como acomodarse en ellos, refugiándose en los huecos y porosidades que el tiempo ha consolidado.
La densa arquitectura del antiguo matadero del siglo XIX, compuesta por muros, patios, piedras, cal y las columnas desplazadas del templo fenicio de Hércules-Melcart, contrasta con el espacio simétrico que ha permanecido vacío durante dos siglos, utilizado como lugar de llegada del ganado, área de sacrificio y corral para cerdos y vacas. Este espacio vacío es el reflejo negativo del matadero, un lugar desocupado delimitado por el imponente muro encalado que rodea el terreno y que originalmente rodeaba el edificio por dos de sus lados.
El proyecto busca capturar este espacio con un tejado cerámico que solidifique este lugar entre muros, aclarando el espacio original y reinterpretando el diseño tradicional arraigado en Medina Sidonia con edificios blancos rematados con cerámica. El tejado adopta la idea de una topografía cerámica para trazar una geometría que se eleva o se inclina, formando una sección irregular completamente revestida de cerámica cocida. Esta cubierta alberga el nuevo diseño, mientras que las naves del matadero se vacían, situando en ellas los comedores que se abren al patio original.
